¡Mateo es genial!

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Mateo cuenta cómo vivió el trasplante de riñón en vida de su abuela a su madre.

Mateo es un niño que mientras habla me descubre para qué me entrevisto con él. Para contar lo que realmente es importante. Lo demás es una pérdida de tiempo. Así que lo que iba a ser una información sobre trasplante de riñón en vida acaba siendo sobre la vida misma.

Fue hace unos años, los suficientes para que Mateo se acuerde de todo. "No va a pasar nada, no va a pasar nada", se repetía a sí mismo una y otra vez. Y llegó el día en que mamá entró en quirófano. "No quería que se la llevaran, estaba muy, muy nervioso", porque era la primera vez que se iban a separar.

La operación salió a la perfección pero hasta el día siguiente no pudo verla. Sí le dijeron que el trasplante había sido un éxito, pero echó de menos no poder abrazarla aunque fuera un ratito.

La cabeza de los niños a veces se llena de riesgos imaginarios y parecen tan reales que hacen el mismo daño.

"Me hacía mucha ilusión al salir de clase ir al hospital para pasar la tarde juntos". Fueron días de dibujos, juegos, tiempos de silencio, de quererse aún más todavía...

La historia de Mateo es la historia de un peque que vivió un trasplante de riñón en vida de su abuela a su madre.

"Es una historia alegre, seria y divertida" me dice. "Yo quiero que mi historia consiga que la gente se ponga en mi lugar, en nuestro lugar. Hubo detalles que nos hicieron daño, porque sentí desprecio por lo que estábamos viviendo", es lo que recuerda con tristeza. "Hay gente antipática", sentencia.

Los mayores a veces decimos en alto cosas que a los niños les hacen dudar de la bondad del ser humano. Nos olvidamos de esa palabra que nos gusta tanto que es la empatía. La nombramos sí, pero demasiadas veces no la sentimos. Como también olvidamos que los niños y niñas tienen derecho a saber, a decir lo que piensan y a que se les tengan en cuenta. Tienen derecho a participar de las cuestiones en las que están implicados.

Marisol es la mamá de Carolina, su hija mayor y abuela de Mateo, uno de sus nietos. Sus historias se volvieron a reescribir un martes 21 de mayo...

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La buena noticia es que cada día crece el número de donaciones. Y en la historia de Mateo, Marisol y Carolina no hubo un donante misterioso...

Gracias a Mateo también aprendí que la vida a veces nos hace salir de nuestra zona de confort. Que podemos decidir sobre nuestros impedimentos mentales y que no hay noches o días largos, sino que siempre será lo que nosotros decidamos.

Hellen Keller, enfermera, dijo "La vida es una aventura atrevida o no es nada". Los tres protagonistas son atrevidos y aventureros. Mateo, Marisol y Carolina son simplemente así.

Sin duda alguna, como ellos, todos vamos por el mismo camino. A veces la vida nos invita a compartir cosas que jamás habríamos imaginado. Cuando sucede descubrimos que estamos llenos de orgullo, esfuerzo y solidaridad. Y descubrimos también que "la vida es el mejor regalo".

Carolina lo suscribe "Mi vida es maravillosa". "Estoy con el amor de mi vida, mi hijo Mateo". "Y mi madre me contagió desde niña las ganas de vivir". "Si sufres es porque amas y esta es una buena manera de sufrir...".

Este es el motivo por el que Carolina pone toda su energía en las cosas buenas que ha vivido y toda su esperanza en todo aquella que aún está por venir. A su lado crece Mateo y junto a él, la abuela Marisol. Una mujer de enorme belleza.

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