¿Se respeta el interés superior del niño el fin de semana? Qué pasa si un menor necesita acogimiento familiar durante un sábado? Te lo contamos en el Portal de la Infancia.
El protocolo de acogida de la Xunta de Galicia tiene como objetivo favorecer la adaptación y estabilidad del niño que necesite de un lugar de acogida. Entre otros criterios que se tienen en cuenta para proponer un centro determinado está la cercanía a la residencia habitual, para permitir que el niño conserve sus referentes y favorecer el contacto con la familia de cara a una más pronta reintegración. El protocolo pretende garantizar el cumplimiento del interés superior del niño, un conjunto de acciones y procesos enfocados a garantizar un desarrollo integral y una vida digna.
Así lo recoge el Plan de Actuación Social de Galicia. Este plan contempla actuaciones específicas dirigidas a la familia y la infancia. Se apuesta por favorecer el acogimiento familiar antes que el acogimiento residencial. Por eso existen las familias de acogida de urgencia. En esta línea se expresa, además, la voluntad de avanzar hacia un modelo más reducido de atención residencial, a través de programas ambulatorios centrados en problemáticas emergentes y por otra parte iniciar un proceso de especialización de los centros.
A pesar de que existen estos protocolos existen numerosos casos en el que una niña, un niño o adolescente es derivado a la Unidad de Primera Acogida (UPA). La UPA tiene como finalidad atender de manera urgente, inmediata y en un horario continuado de 24 horas la aquellos niños, niñas y adolescentes (de entre 0 y 17 años) que se encuentran en una situación de posibles maltratos o desamparo que aconsejen su ingreso en una institución. El objetivo de este recurso es dar respuesta inmediata a una situación de emergencia de un menor, en tanto se evalúa la situación en la que se encuentra.
Las familias de acogida son el instrumento mendiante el cual pueden cumplirse dos elementos indispensables para el correcto desarrollo humano del menor: un contexto familiar y la continuidad a diferentes niveles de su relación con la familia biológica. El acogimiento en residencia no garantiza lo primero mientras que la adopción no ofrece garantías de lo segundo. Las familias de acogida tienen la idoneidad para los acogimientos de urgencia de un niño o una niña ya que garantizan estos dos elementos.
Entonces, si el protocolo y la ley de la Xunta de Galicia afirman que debe primar el contexto familiar, cuáles son los criterios que indican que un niño debe ser enviado la UPA y no a una familia?
Lo cierto es que el día de la semana tiene mucho que decir en este sentido. Durante la semana Cruz Roja [organización no gubernamental que se encarga del servicio de acogida en familia ajena de la Xunta] y el Sistema de Protección de Menores se encuentran operativos. De este modo, ante cualquiera caso el Sistema de Protección de Menores llama la Cruz Roja y solicitan para la niña una familia de urgencia mientras se evalúa y se toma una decisión estable y a largo plazo para la menor.
Durante el fin de semana el servicio de acogida en familia ajena y el Sistema de Protección de menores no ofrecen cubertura ante la necesidad de acogida de un menor. Son servicios que cierran de viernes a lunes. En estos casos un menor puede ser derivado la UPA (Unidad de Primera Acogida). Siendo cierto que la UPA tiene como finalidad atender de manera urgente, inmediata y en un horario continuado de 24 horas a aquellos niños, niñas y adolescentes (de entre 0 y 17 años) que se encuentran en una situación de posibles maltratos o desamparo, la ley dice que se debe primar el acogimiento en familias de urgencias.
Como prueba de que eso último es una situación estructural y no coyuntural tenemos el protocolo que sigue la policía. Las autoridades reconocen que durante el fin de semana el protocolo es que cualquier menor en situación de conflicto en fin de semana debe ser llevado a la UPA, es decir, a un contexto residencial. De hecho son trasladados a un contexto residencial en un coche policial, con las consecuencias psicológicas que esto supone.
La importancia del acogimiento familiar
La intervención a través de un contexto familiar por encima de un contexto residencial es un consenso entre los técnicos y los científicos. De hecho, la propia Cruz Roja recomienda la alternativa familiar en su guía “En familia, por derecho: “Las familias de acogida, en un acto solidario, ofrecen su hogar a niños y niñas bajo una medida de protección, los cuidan y ejercen una parentalidad social, por un tiempo determinado, como alternativa a la acogida en un centro residencial”.
En Galicia, tiene mucho que decir sobre este tema la Asociación galega de familias de acollida (Acougo). Acougo nace de la mano de las familias acogedoras de Galicia que, tras años acogiendo niños y niñas del sistema de protección, se percataron de la necesidad de asociarse. Como familias acogedoras reclaman una serie de derechos: derecho a la información, derecho a ser escuchados y derecho a disponer de los recursos necesarios para el bienestar de los niños y niñas acogidos. Es por eso, que articulan una red de apoyo y sensibilización que apoye e impulse el acogimiento familiar velando, por encima de todo, por los derechos de los niños y niñas del sistema de protección.
Si una niña es derivada a la UPA el fin de semana el sistema está fallando y el interés superior del niño no se está garantizando.
Carmen Dourado da Asociación galega de familias de acollida.
La propia Carmen considera que no es útil buscar culpables sino que hay que construir alternativas. Define el Sistema de Protección de Menores como un instrumento "atrofiado" que lleva muchos años funcionando de la misma manera y que requiere de muchos esfuerzos para conseguir cambiarlo. "Hai que decirlo alto y claro. Por cosas como ésta el sistema no está cumpliendo su cometido. Debemos juntarnos, reconocer los errores y remar desde la red asociativa para construir un cambio que vaya de abajo hacia arriba", afirma la propia Carmen con respecto al ser preguntada por los pasos a seguir para cambiar la situación.
Con todo, la tendencia parece ser la contraria. El número de menores tutelados en España supera por primera vez los 50.000. El número de niños, niñas y adolescentes que crecen en el sistema de protección en España supera, la barrera de los 50.000. Según las cifras publicadas por el Boletín de Datos Estadísticos de Medidas de Protección a la Infancia, difundido por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 este mismo año, en el país hay 50.272 menores de 18 años que crecen privados del cuidado parental, ya sea en acogimiento familiar o residencial.
Además, en el mismo informe se señala que la la modalidad residencial es la que más ha crecido en los últimos años, pasando de 21.283 menores en 2018 a 23.209 en 2019, es decir, ha aumentado un 9%. Esta modalidad mantiene así la tendencia al alza que, según los expertos, mantiene desde 2015, cuando había 13.596 niños en el sistema. En el sentido opuesto, los acogimientos familiares sufrieron un descenso del 2% en 2019, con respecto al año anterior y si los datos de hace dos años se comparan con los de 2015, la reducción total es del 5%.
Como podemos extraer tanto de los casos concretos a los que el Portal de la Infancia tiene acceso como de los datos publicados, el interés superior del niño está en cuestión. El modelo actual no lo garantiza. Durante el fin de semana la situación es aún más crítica. ¿Es legítimo que el correcto desarrollo del menor como ser humano dependa del día de la semana y se suspenda su interés superior durante el fin de semana?
A. Vázquez.
