Una "menor" que no dejan ser (II)

Capítulo II: La biografía de una "menor" inmersa en un proceso burocrático que busca desvelar su pasado de supuestos abusos y sufrimiento.

Como pudo leerse en la primera parte, la sombra del abuso sexual estaba presente. A pesar de que el VPH no se contagia necesariamente por vía sexual, la Asociación Abuso y Maltrato Infantil (AMINO) lo considera un indicador físico de abuso "altamente específico". No obstante, la dirección del centro de protección de menores no le dio importancia a esa parte de su informe médico.

Tras las acusaciones que la menor había vertido sobre la educadora, después las negaría. ¿Una mentira podría ser la puert a contar una verdad que nunca había contado? ¿Una acusación falsa podría ser una vía para destapar la historia más cruel de su infancia?

Cristina decidió sentarse a hablar con Marta mientras otra cuidadora escuchaba la conversación. Ambas oyeron el mismo relato de la niña durante la noche. Marta finalmente relató todo lo que había vivido. Sin entrar en detalles que pertenecen a su intimidad, confirmó y relató minuciosamente que había sido víctima de abusos sexuales en su entorno familiar desde los cinco años hasta que llegó al Hogar.

Marta le dio permiso a la educadora para informar al director. Este último, tras escuchar las palabras de la educadora, le pidió que realizara un informe de lo sucedido.

Cristina coincide que tiene unos días libres y solicita al Director no abandonar el Hogar esos días para no dejar sola a Marta, petición que éste rechaza. Lo que sí queda hecho es un informe de incidencias sobre el caso que remataría después el equipo técnico.

En este lapso de tiempo y en contra de lo establecido en el Protocolo de revelación de abusos sexuales de amino.gal, se cita a la niña en el servicio de Menores y en un gabinete externo para explicar lo sucedido.

En ambas ocasiones confirma los hechos narrados con anterioridad sobre sus abusos sexuales en su primera infancia. Estas situaciones suponen, según los estudios sobre abusos sexuales en la infancia, un proceso de revictimización de la niña que debería haberse evitado. La propia Marta, en varias ocasiones, manifiesta su malestar por tener que dar tantas explicaciones.

Tras la confirmación de su testimonio, Marta pide no tener que seguir viendo a su progenitora; su hermano Pablo sí sigue en contacto con ella.

Según Save the Children la victimización secundaria (o revictimización) es la respuesta que da el sistema a una víctima. Esta respuesta hace que la persona reviva la situación traumática y vuelva a asumir su papel de víctima. Esta vez no es sólo víctima de un delito, si no de la incomprensión del sistema. "Las vulneraciones de sus derechos influyen en la calidad del testimonio del niño o niña, que en la mayoría de los casos es la única prueba disponible. Cuando esta prueba no se toma con la máxima eficacia, el caso acaba en una suspensión temporal del procedimiento.", relatan en el informe Ojos que no quieren ver de la organización no gubernamental Save The Children.

https://elportaldelainfancia.com/testimonios/

Testimonios de familias extensas en el sistema de protección de menores (capítulo 19).

El testimonio de Marta se recoge y se realiza un informe que será enviado a Servicio de Protección de Menores.

“Marta realizó una importante confesión. Verbalizó y narró con gran detalle haber sufrido abusos sexuales por parte de su madre y otros familiares y conocidos con el conocimiento y consentimiento de su progenitora. Su relato incluía temporalización, localización y participantes en los abusos."...

Primavera 2019

Todo este proceso se inicia en la primavera, cuando Marta cuenta lo supuestamente sucedido.

La denuncia de esta revelación se formula el 31 de abril de 2021 y parte de la propia Cristina al comprobar que después de 2 años el sistema de protección sigue sin reaccionar.

En noviembre de 2019 Menores formula una denuncia contra Cristina una vez terminada su relación laboral con la Entidad. Así que entre marzo y noviembre, siguen delegando en ella el cuidado de los niños, niñas y adolescentes que viven en el Hogar, incluida la propia Marta.

En el mismo informe también se recogen las presuntas acusaciones de la menor a la educadora en los siguientes términos: “A comienzos del pasado mes de marzo Marta mintió a otras menores del hogar afirmando que estaba sufriendo abusos por parte de un miembro de la unidad educativa. Dada la gravedad de las acusaciones y la dificultad para la gestión de dicha información, estas menores la transmitieron a la UE que rápidamente la trasladó a la dirección del Aldea y el equipo técnico. Posteriormente Marta, en conversación con la persona implicada en las acusaciones y las dos menores a las que había transmitido la información, reconoció haber mentido y haberse inventado las falsas acusaciones únicamente motivada por un problema personal puntual con la persona implicada”.

El personal del Hogar sigue preocupado por lo que está pasando.

Marta no parece entener cómo personas que están pendientes de ella y se preocupan por su bienestar no abusan de ella. Se pregunta, "si tú me quieres por que no lo haces tú también", relatan fuentes cercanas al caso.

La normalización del abuso sexual es un elemento recurrente en las personas que lo han sufrido. María Salomé Parreño Maldonado estudia esta normalización en su tesis doctoral titulada Consecuencias psicológicas, comportamentales y sexuales de la normalización del abuso sexual incestuoso en la víctima. Esta tesis realiza una diferenciación entre las consecuencias que puede sufrir una persona víctima de abusos sexuales en función de su edad:

  • De dos a siete años. En este período el abuso sexual por parte de aquellos adultos que son reconocidos por el niño como los encargados de guiar y mediar sus aprendizajes, “es vivido como un aprendizaje más”, que a pesar de contradecir los anteriores, puede ser fácilmente aprehendido dentro de esta serie. De este modo, el niño determinará al abuso sexual vivido como una experiencia que “viniendo del adulto debe ser aceptada como las demás”, influyendo en gran parte la autoridad que se le atribuye y la obediencia con que el niño en esta edad actúa ante él. 

  • A partir de los siete y hasta los doce años las consecuencias en la víctima varían. Los niños victimizados frecuentemente “suelen percibirse como un mero objeto para que el adulto satisfaga sus necesidades sexuales”, por lo le otorgan a su cuerpo un valor ínfimo y sostienen ideas que los desvalorizan. Estas conclusiones recogidas en la tesis doctoral Consecuencias psicológicas, comportamentales y sexuales de la normalización del abuso sexual incestuoso en la víctima podrían explicar las afirmaciones y construcciones mentales de Marta.

Aún a día de hoy, el entramado burocrático está lejos de llegar a su fin. Numerosas incógnitas siguen en el aire en relación a los supuestos abusos que sufrió la menor, el papel de Cristina en el caso o a las carencias y negligencias que el Sistema de Protección de Menores haya podido cometer. Con todo, seguramente solo haya una cuestión que realmente importe: ¿Cuándo podrá Marta recuperarse de su pasado y construir libremente su futuro?

En el mes de abril, por otro enfado de Marta por celos, según cuentan, ésta vuelve a acusar a Cristina de abusos. Pero al día siguiente vuelve a rectificar, se disculpa y pide perdón. Y llega a afirmar que lo hacer "para hacer daño"....

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A. Vázquez

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